Son dos dispositivos fundamentales para prevenir la transmisión aérea de COVID19 y fueron desarrollados por investigadores de las universidades nacionales de San Martín y Hurlingham. Las autoridades de ambas casas de altos estudios intercambiaron 2.200 superbarbijos y 33 medidores, en un acto en el Campus de UNSAM.
Los superbarbijos y los medidores de CO2 tienen en común que surgieron en universidades públicas para combatir la pandemia, previniendo la transmisión aérea del virus SARS-CoV-2. Los superbarbijos desarrollados por UNSAM, UBA, CONICET y la pyme KOVI, introdujeron una innovación a escala global por tratarse de un tapabocas-nariz de uso social con telas tratadas con nanotecnología, mientras que los medidores de CO2 comenzaron a ser producidos en la UNAHUR, en el contexto de una campaña para ventilar ambientes impulsada por autoridades e investigadores de la casa de altos estudios. Si bien estos dispositivos ya existían, no se producían en el país, ni estaban integrados en protocolos anti COVID. Actualmente crece su adopción como dispositivos de cuidado en espacios con alta circulación de personas: oficinas, aulas, comercios y transporte público.
Al mismo tiempo que sus aportes son adoptados masivamente por la sociedad, las Universidades hacen lo propio fortaleciendo el entramado del sistema universitario y científico argentino: la UNSAM ofreció sus superbarbijos a la UNAHUR y la UNAHUR ofreció sus medidores de CO2 a la UNSAM. El primer intercambio de este tipo se realizó en el Campus Miguelete de la UNSAM el jueves 1 de julio de 2021: 33 medidores de CO2 llegaron a San Martín, mientras que 2.200 superbarbijos fueron hacia Hurlingham.
El Secretario de Políticas Universitarias y Rector en uso de licencia de la UNAHUR, Jaime Perczyk expresó: «Es un orgullo enorme. Estos desarrollos son una muestra del compromiso de la Universidad Pública y sus investigadores/as para con su pueblo»
«Es una alegria enorme realizar este intercambio con la UNSAM y que compañeros y compañeras de nuestra universidad puedan utilizar los barbijos para vacunar, hacer test de PCR, rehabilitación kinesiológica y demás actividades que se están llevando adelante en la UNAHUR», comentó el Vicerrector- Rector en ejercicio,Walter Wallach
El rector de la UNSAM Carlos Greco dijo: “Se trata de dos desarrollos, dos productos, que trajeron soluciones a la comunidad en momentos de incertidumbre y mucha angustia. Hoy podemos a muchísimas personas en la calle usando los barbijos antivirales y también a muchas escuelas revisando su ventilación a partir de la medición del dióxido de carbono”, dijo Carlos Greco, rector de la UNSAM.
Sobre los medidores de CO2
Después de un año de pandemia, la creciente evidencia sobre la transmisión del virus SARS-CoV-2 a través de aerosoles fue determinante para modificar las estrategias de prevención: la ventilación cruzada de los ambientes se volvió prioritaria. En ese contexto, investigadores de la Universidad Nacional de Hurlingham aportaron una herramienta para controlar con precisión la ventilación: los medidores de CO2, producidos con la participación de estudiantes avanzados, así como un protocolo de uso para que sus mediciones sean representativas.
Respecto al protocolo de uso, el CO2 está presente en el aire con una concentración de aproximadamente 400 ppm (partes por millón). El aire exhalado por un ser humano puede tener 40.000 ppm de CO2. Un límite prudente es evitar que la concentración de CO2 supere las 800 ppm. “Si se supera ese umbral, se deberá generar una mayor corriente de aire, abriendo más puertas y ventanas, forzar la circulación de aire fresco o, de no ser posible, evacuar el ambiente”, explicó Jorge Aliaga, Secretario de Planeamiento y Evaluación de la UNAHUR e impulsor de la iniciativa.
Los primeros 900 medidores fueron distribuidos en CABA, Buenos Aires, Córdoba, Salta, Misiones y Chubut, a partir de la firma de más de 15 convenios con municipios y organismos estatales.
Los equipos fueron diseñados en el Laboratorio de Ingeniería y Ensayos que funciona en el Centro de Servicios y Tecnología Nuclear y Energías Alternativas de la UNAHUR. La producción está sostenida por el trabajo de estudiantes avanzados de las carreras de Diseño Industrial, Energía Eléctrica, Tecnicatura en Informática y del Instituto de Educación de la UNAHUR.
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Sobre los superbarbijos
A partir de la declaración de la pandemia COVID-19 y las restricciones, la población se vio obligada a utilizar barbijos para disminuir la transmisión del virus SARS-CoV-2. En países como la Argentina las opciones eran mayormente improvisar barbijos caseros o comprar barbijos industriales de uso social. Apenas unos meses después de decretado el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), investigadores de la UNSAM, la UBA y el CONICET, en conjunto con la Pyme Kovi, desarrollaron los barbijos Atom Protect, que se populizarían como los “barbijos del CONICET” o los “superbarbjos”. La novedad eran sus tres capas con propiedades antivirales, antimicrobianas y antifúngicas. Esas propiedades de larga duración habían sido obtenidas por los investigadores después de tratar las telas con nanotecnología.
Alcanzado el desarrollo, las Universidades y el CONICET licenciaron la patente a la pyme Kovi, pero además recibieron metros de telas tratadas, que utilizaron para producir barbijos y donarlos. En el caso de UNSAM, las gestiones estuvieron a cargo de su fundación FUNINTEC. Los 2.200 barbijos que la UNSAM ofreció a la Universidad de Hurlingham tienen este origen.
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